En lo que fue la reapertura del Estadio Defensores del Chaco, histórico escenario de la Copa Libertadores, que fue desbordado por los hinchas olimpistas en un marco excepcional, el local y Flamengo interpretaron la sinfonía preferida de los amantes del fútbol, la de los goles, la del juego elegante, vistoso, fuerte y leal, todos factores que distinguen al torneo más prestigioso de América.
Por Grupo 2, el Rey de Copas paraguayo, Olimpia, venció 3 a 2 al campeón de América de 1981, Flamengo, con tantos marcados por intermedio de Sergio Orteman, Pablo Zeballos y Eduardo Aranda. Para el Mengao convirtieron Wagner Love y Darío Bottinelli.
Venían de protagonizar un deslumbrante empate semanas atrás en Río de Janeiro por 3 a 3, que tuvo como ganador moral a los paraguayos, dueños de una remontada histórica de 0-3 a falta de 15 minutos. Situación por la que la revancha, disputada ayer, prometía sin dudas un espectáculo similar.
Al minuto 7, muy temprano en el partido, Pablo Zeballos y Sergio Orteman pusieron de manifiesto el trabajo semanal, en una jugada preparada surgida de un tiro libre cerca del corner, que tuvo como ejecutante al delantero y definidor al mediocampista, culpables del primer estallido ensordecedor de la noche.
Desorientado como consecuencia del impacto tempranero, Flamengo entró en un mar de dudas navegando a la deriva y sin brújula durante gran parte del primer tiempo, ante un Olimpia que contó con el liderato de su estandarte Sergio Orteman, quien capitaneó las acciones en todo momento, siendo la voz de mando de un barco en el que ni el propio Ronaldinho podía mantenerse en pie.
La primera mitad se iba con la ventaja olimpista e iniciaba la segunda con un Flamengo más lanzado en ataque, dispuesto a faltarle todo el respeto necesario a un equipo que lo estaba superando en todos los aspectos.
Iban apenas 3 minutos del complemento, cuando apareció la efectiva sociedad entre Ronaldinho y Wagner Love, que sirvió para igualar las acciones y silenciar temporalmente a las miles de almas de La O. Sin embargo la alegría brasileña duró segundos, ya que en la siguiente jugada, un fallido rechazo del defensor González, fue bien primeriado por Pablo Zeballos, que guapeó ante dos defensores y en doble acción contra el portero Felipe, establecía nuevamente la ventaja.
Diferencia que a falta de 20' estiró el mediocampista central Eduardo Aranda, que recibió un balón desde la izquierda, se sacó de encima a Leo Moura, y desde la medialuna prácticamente remató fuerte, rasante y cruzado, inflando la red y la confianza de un equipo que veía cada vez más cerca el triunfo.
Victoria que se vio amenazada luego de que Darío Bottinelli, volante creativo del mengao, tomara una pelota a 30 metros del arco, protagonizando un verdadero golazo, que encontró mal parado a un Martín Silva de buena actuación, para agregarle dramatismo y suspenso a un final que nunca tuvo dueño, excepto cuando el árbitro chileno Enrique Osses, le puso fin a un partido de esos que nadie quiere que terminen.
De esta manera, completada la cuarta fecha del Grupo 2, Lanús y Olimpia comparten la punta con 7 undiades, seguido de Flamengo con 5 y Emelec, último con 3 puntos. La próxima semana, en Buenos Aires, se medirán ambos líderes.
(Vía Pasión Libertadores)
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